Buenas obras, buenos proyectos: mala prensa
En una de sus visitas a la Región de los Ríos- donde su amigo Allamand es senador- Sebastián Piñera se refirió al “intento del Gobierno de realizar intervencionismo electoral, esta vez a través de un medio de comunicación estatal” y de cómo éste “influirá negativamente en la percepción de la realidad que tendrá la gente.”
Según un matutino- parte del duopolio de los medios controlados por la derecha- Piñera (que hacía un alto para ver el partido entre Universidad Católica y Colo-Colo, equipo del cual es dueño) consideró como una falta de respeto para todos los medios de comunicación del país que el Estado tenga un periódico que será financiado por todos los chilenos y que “no va a ser ningún aporte ni a la verdad ni a la información”.
Seguramente recordando sus tiempos en que trabajó para la dictadura militar nos previene a todos los chilenos del peligro que nos acecha cuando afirma que “estaremos muy atentos, ya que conocemos lo que son los medios cuando los controla el gobierno, conocemos lo que ocurre con un diario cuando lo controla el gobierno, conocemos lo que hace el gobierno en tiempo de elecciones y si ahora tiene además un diario financiado por todos los chilenos yo les aseguro que nada bueno podemos esperar de ese diario”
Pero el candidato presidencial de RN nos quiere convencer que a pesar que la Concertación ganó en las elecciones presidenciales pasadas no tiene que dar a conocer su obra.
Dado el peso incontrarrestable que la derecha económica y política ejerce en la propiedad de los medios de comunicación en nuestro país, la idea peregrina que el candidato nos quiere inocular es impracticable. En efecto, según Piñera:”el Gobierno si tiene buenas ideas, buenas obras y proyectos no requiere de ningún periódico propio para que sean comunicados a la opinión publica”
Para no ir muy lejos en el tema basta decir que el líder derechista no predica con el ejemplo, porque el canal de televisión que controla no es precisamente un ejemplo de ecuanimidad a la hora de destacar los buenos proyectos y propuestas del Gobierno de la Presidenta Michel Bachelet.
Para el candidato de la derecha y sus adherentes un medio de información de las realizaciones del Gobierno no es necesario y la prensa “independiente” no tendría nada positivo que informar dado que el Gobierno “no tiene buenas obras ni proyectos “
En el Chile actual prácticamente todos los medios de comunicación masivos están subordinados a una determinada línea política, que no es otra que la de los grupos económicos dominantes. Este fenómeno lo ven hasta los más ciegos, pero no el brazo político del poder económico: los partidos de la Alianza de derecha.
A los apologistas del neoliberalismo no les produce ningún remordimiento democrático el hecho que la mayoría ciudadana no cuente con medios de comunicación afines que expresen su legítimo derecho a informar correctamente a la ciudadanía que representan.
En la práctica, la derecha quiere todo el control de la sociedad: nos quieren domesticados e idiotas. No les basta con el control que ejercen por la vía del sistema financiero de los antiguamente llamados servicios públicos: gas, agua, electricidad, isapres, AFP etc.
Ahora quieren ganar las presidencias de la Cámara de Diputados y Senado por secretaría, por obra y gracia de los parlamentarios que fueron elegidos por los votos concertacionistas y que hoy se declaran “independientes”.
Es necesario insistir que en los países democráticos de verdad la concentración de la prensa es considerada un peligro para el buen funcionamiento de la democracia. En Chile, como hemos visto, no sólo la prensa está bajo control de un sector; lo está también el poder real del dinero y la concentración del mismo en unas pocas manos. De alguna manera, al permitir la concentración de los medios de comunicación social hemos permitido el vaciamiento de uno de los puntales de la democracia: el derecho del ciudadano a tener visiones contrapuestas, la libre circulación de la información y espacios para expresar sus opiniones.
En Chile vivimos el mismo proceso de los países comunistas pero al revés: un reducido grupo (en este caso económico) nos impone la dictadura de los medios de comunicación que controlan. Somos Gobierno, somos mayoría ciudadana, pero carecemos de fuentes de información alternativas que contrarresten la avasalladora maquinaria informativa que controla la derecha.
En el fondo, lo que queda claro es que no basta con buenas ideas, buenas obras y buenos proyectos del Gobierno de la Concertación, porque siempre tendremos la voluntad política de la derecha de no aceptar lo evidente: la obra educacional, la reforma previsional, la reforma de la salud y los proyectos de infraestructura. Si las cosas siguen como están, siempre tendremos mala prensa.
Thursday, December 9, 2010
Friday, December 3, 2010
Diario La Época, Jueves 2 de diciembre de 1993
Un Tigre Sin Corazón
CLAUDIO VASQUEZ LAZO
Se ha generado una discusión sobre el tema de los valores distintivos del país y la amenaza de su supuesto abandono. Se detecta una cierta vaguedad en la identificación de los supuestos responsables: el modernismo, el desarrollo, el consumismo, pero sobre todo determinadas ideologías "relativistas", que cuestionarían las verdades inmanentes e inmutables. Sin decirse en forma explícita, se podría deducir que semejantes acusaciones son imputables a los sectores laicos del espacio político-partidario.
¡Es decir, una cruzada moral bien puede ir de la mano de determinadas aspiraciones electorales, sobre todo en período de campaña! Pero, aunque cuestionable éticamente, el sutil aprovechamiento electoral no es lo más importante.
De lo que a nuestro juicio se trata es de revisar hasta qué punto y desde dónde aparecen amenazados los tan mentados "valores patrios". Es legítimo que la política se preocupe de temas que trascienden lo meramente electoral, por un lado, y lo relativo a los intereses económicos de corto plazo, por otro. Es por lo demás una preocupación que debería existir siempre, al margen de las coyunturas.
Es innegable que basta una simple mirada para poder constatar una situación de crisis generalizada en diversos ámbitos de la sociedad. Esta crisis tiene relación con aspectos fundamentales de la vida espiritual y material de los chilenos.
El problema reside en sus orígenes. N o creemos que esta crisis pueda ser imputa¬da a una carencia o a un abandono de determinados valores trascendentales e inmanentes. No, dicha explicación nos resulta demasiado abstracta e inasible.
Por ahí no va, pues, el problema. Si de valores se trata, hay que referirse a uno muy particular y que vemos crecientemen¬te cuestionado: el de la solidaridad. Esta tiene muchos nombres y puede ligarse a muchas cosmovisiones o convicciones de fe: llamemos como la llamemos, siempre estaremos hablando de lo mismo.
En medio del desarrollo conviven personas cuya dignidad se ve puesta a prueba a diario. Y no me refiero sólo a los mendigos, a los más pobres de los pobres. Si proyectamos las cosas, podríamos llegar a la conclusión de que este mundo de impetuoso desarrollo económico carece efectivamente de espíritu.
Hasta ahí estamos de acuerdo. Pero esta falta de espíritu, que yo llamo simplemente falta de solidaridad, no se debe ni a ideologías foráneas o perversas, ni a "relativismos" ni "permisivismos" morales de tipo alguno. Se debe básicamente a un modelo de desarrollo sustentado en una competencia a ultranza, que aplasta la solidaridad y amenaza la convivencia.
No estamos demandando nada excepcional. Ningún experimento que pudiera cuestionar las bases del desarrollo alcanzado. Ninguna medida que atente contra los indicadores macroeconómicos. Estamos pidiendo simplemente la introducción de una verdadera y efectiva política social de mercado.
Claudio Vásquez Lazo fue encargado de negocios de Chile en Centroamérica.
Un Tigre Sin Corazón
CLAUDIO VASQUEZ LAZO
Se ha generado una discusión sobre el tema de los valores distintivos del país y la amenaza de su supuesto abandono. Se detecta una cierta vaguedad en la identificación de los supuestos responsables: el modernismo, el desarrollo, el consumismo, pero sobre todo determinadas ideologías "relativistas", que cuestionarían las verdades inmanentes e inmutables. Sin decirse en forma explícita, se podría deducir que semejantes acusaciones son imputables a los sectores laicos del espacio político-partidario.
¡Es decir, una cruzada moral bien puede ir de la mano de determinadas aspiraciones electorales, sobre todo en período de campaña! Pero, aunque cuestionable éticamente, el sutil aprovechamiento electoral no es lo más importante.
De lo que a nuestro juicio se trata es de revisar hasta qué punto y desde dónde aparecen amenazados los tan mentados "valores patrios". Es legítimo que la política se preocupe de temas que trascienden lo meramente electoral, por un lado, y lo relativo a los intereses económicos de corto plazo, por otro. Es por lo demás una preocupación que debería existir siempre, al margen de las coyunturas.
Es innegable que basta una simple mirada para poder constatar una situación de crisis generalizada en diversos ámbitos de la sociedad. Esta crisis tiene relación con aspectos fundamentales de la vida espiritual y material de los chilenos.
El problema reside en sus orígenes. N o creemos que esta crisis pueda ser imputa¬da a una carencia o a un abandono de determinados valores trascendentales e inmanentes. No, dicha explicación nos resulta demasiado abstracta e inasible.
Por ahí no va, pues, el problema. Si de valores se trata, hay que referirse a uno muy particular y que vemos crecientemen¬te cuestionado: el de la solidaridad. Esta tiene muchos nombres y puede ligarse a muchas cosmovisiones o convicciones de fe: llamemos como la llamemos, siempre estaremos hablando de lo mismo.
En medio del desarrollo conviven personas cuya dignidad se ve puesta a prueba a diario. Y no me refiero sólo a los mendigos, a los más pobres de los pobres. Si proyectamos las cosas, podríamos llegar a la conclusión de que este mundo de impetuoso desarrollo económico carece efectivamente de espíritu.
Hasta ahí estamos de acuerdo. Pero esta falta de espíritu, que yo llamo simplemente falta de solidaridad, no se debe ni a ideologías foráneas o perversas, ni a "relativismos" ni "permisivismos" morales de tipo alguno. Se debe básicamente a un modelo de desarrollo sustentado en una competencia a ultranza, que aplasta la solidaridad y amenaza la convivencia.
No estamos demandando nada excepcional. Ningún experimento que pudiera cuestionar las bases del desarrollo alcanzado. Ninguna medida que atente contra los indicadores macroeconómicos. Estamos pidiendo simplemente la introducción de una verdadera y efectiva política social de mercado.
Claudio Vásquez Lazo fue encargado de negocios de Chile en Centroamérica.
Actos Políticos por el No en Arica año 1988
Dirigentes del MAPU, IC y Radical Socialista en Arica
La Izquierda Unida se refiere a
nueva coalición de centro político
"No es hora de hablar de situaciones que no son reales en este tiempo. Cada si¬tuación responde a su época y, obviamente, ésta no es la época de la ENU', señaló ayer en esta ciudad el dirigente del Partido Radical Socialista Democrático y ex Ministro de Educación del régimen de la Unidad Popular, Anibal Palma al ser consultado sobre tal materia.
Por otra parte, se mostró absolutamente discrepante con la determinación de algunos partidos de la Concertación de los 16 por el No, en el sentido de estructurar una coalición de gobierno. "El Partido Demócrata Cristiano y los otros que la formaron, tienen el legitimo derecho a hacerlo, pero creemos que ello no responde a lo que hoy el país requiere de! Acuerdo Nacional. Aquí prunero se trata de ganar el Plebiscito, derrotar a Pinochet y luego situar y definir nuestro tránsito a la democracia. En ese marco -dijo- creo que la coalición de reciente formaci6n es inoportuna".
EL MAPU
Junto a él estaba el Sub¬secretario General del Mapu, Claudio Vásquez quien, refriéndose a este mismo tema, manifestó que a su colectividad, la coalici6n no les creaba mayor preocupación, porque la reconocían como un camino legitimo de . cualquier partido. Resaltó sí que "para el Mapu, lo fundamental es, y seguirá siendo, la concertaci6n de los 16 partidos"
Más adelante se le consultó a ambos, acerca de si el eventual triunfo del No significaría la continuaci6n del régimen de la UP, a lo que Palma -bastante molesto¬ respondió que "no es, señor, la continuación de la Unidad Popular. Chile no es hoy el mismo del año 1973. La historia no vuelve atrás, y si lo hace, es sólo para volver a los tiempos democráticos".
Julio Ruiz, por su parte, integrante de la Comisión Politica del PS y del Comité Político Nacional de la Izquierda Unida, respecto de la coalici6n señaló que "ella es, de acuerdo a las actuales circunstancias por las que atraviesa el país, inoportuna, por cuanto la tarea principal es derrotar a Pinochet y conquistar la democracia. Sólo en dicho contexto será oportuno, desde el punto de vista político, levantar coaliciones de Gobierno. Hemos sostenido, como P8, la necesidad no s610 de con¬solidar la concertaci6n por el No, sino profundizar incluso su papel tras el Plebiscito para dar gobernabilidad democrática al futuro régi¬men en que el pueblo haya recuperado plenamente su
ejercicio".
Finalizó Ruiz indicando que "siempre hemos propuesto la necesidad de establecer un gran acuerdo democrático nacional de amplio consenso que permita .,sustentar un programa democrático y gobierno de transición que estabilice y profundice la democracia.
Arica (Chile), Sábado 17 de Septiembre de 1988 AÑO XIII - N° 4.581 - PRECIO (IVA incluido): $ 80,00
Concentración en el Parque Ibáñez
Anoche 'se realizó en el parque Ibañez la concentración convocada por la Izquierda Unida. El orador final acto público fue el presidente del Partido Radical Socialista Democrático y de la l. U. Anibal Palma. También intervieron por la l. C. Roberto Celedón. por el P.S .• Julio Ruiz, por el MAPU, Claudio Vásquez. A nombre de la Izquierda Unida juvenil abrió la concentración, el dirigente estudiantil Claudio Saavedra.
La Izquierda Unida se refiere a
nueva coalición de centro político
"No es hora de hablar de situaciones que no son reales en este tiempo. Cada si¬tuación responde a su época y, obviamente, ésta no es la época de la ENU', señaló ayer en esta ciudad el dirigente del Partido Radical Socialista Democrático y ex Ministro de Educación del régimen de la Unidad Popular, Anibal Palma al ser consultado sobre tal materia.
Por otra parte, se mostró absolutamente discrepante con la determinación de algunos partidos de la Concertación de los 16 por el No, en el sentido de estructurar una coalición de gobierno. "El Partido Demócrata Cristiano y los otros que la formaron, tienen el legitimo derecho a hacerlo, pero creemos que ello no responde a lo que hoy el país requiere de! Acuerdo Nacional. Aquí prunero se trata de ganar el Plebiscito, derrotar a Pinochet y luego situar y definir nuestro tránsito a la democracia. En ese marco -dijo- creo que la coalición de reciente formaci6n es inoportuna".
EL MAPU
Junto a él estaba el Sub¬secretario General del Mapu, Claudio Vásquez quien, refriéndose a este mismo tema, manifestó que a su colectividad, la coalici6n no les creaba mayor preocupación, porque la reconocían como un camino legitimo de . cualquier partido. Resaltó sí que "para el Mapu, lo fundamental es, y seguirá siendo, la concertaci6n de los 16 partidos"
Más adelante se le consultó a ambos, acerca de si el eventual triunfo del No significaría la continuaci6n del régimen de la UP, a lo que Palma -bastante molesto¬ respondió que "no es, señor, la continuación de la Unidad Popular. Chile no es hoy el mismo del año 1973. La historia no vuelve atrás, y si lo hace, es sólo para volver a los tiempos democráticos".
Julio Ruiz, por su parte, integrante de la Comisión Politica del PS y del Comité Político Nacional de la Izquierda Unida, respecto de la coalici6n señaló que "ella es, de acuerdo a las actuales circunstancias por las que atraviesa el país, inoportuna, por cuanto la tarea principal es derrotar a Pinochet y conquistar la democracia. Sólo en dicho contexto será oportuno, desde el punto de vista político, levantar coaliciones de Gobierno. Hemos sostenido, como P8, la necesidad no s610 de con¬solidar la concertaci6n por el No, sino profundizar incluso su papel tras el Plebiscito para dar gobernabilidad democrática al futuro régi¬men en que el pueblo haya recuperado plenamente su
ejercicio".
Finalizó Ruiz indicando que "siempre hemos propuesto la necesidad de establecer un gran acuerdo democrático nacional de amplio consenso que permita .,sustentar un programa democrático y gobierno de transición que estabilice y profundice la democracia.
Arica (Chile), Sábado 17 de Septiembre de 1988 AÑO XIII - N° 4.581 - PRECIO (IVA incluido): $ 80,00
Concentración en el Parque Ibáñez
Anoche 'se realizó en el parque Ibañez la concentración convocada por la Izquierda Unida. El orador final acto público fue el presidente del Partido Radical Socialista Democrático y de la l. U. Anibal Palma. También intervieron por la l. C. Roberto Celedón. por el P.S .• Julio Ruiz, por el MAPU, Claudio Vásquez. A nombre de la Izquierda Unida juvenil abrió la concentración, el dirigente estudiantil Claudio Saavedra.
Prohibición Spot del NO
Dirigentes políticos fustigaron la decisión que privó a los chilenos de los argumentos del NO
Repudio general a la prohibición del "spot" del No
El Comando Nacional por el No encabezó ayer las protestas por el acto. de censura.
Numerosas reacciones de repudio generó la censura del microprogramas de quince minutos de la opción No, que contenía el testimonio del juez René García sobre las torturas que practica la CNI
la medida, adoptada el lunes por el Consejo Nacional de Te1evisión, determinó que esa noche después de emitirse el espacio del Sí se informara que, por no cumplir con las disposiciones legales, no se mostraría el programa del No.
El hecho motivó espontáneas manifestaciones de protesta, con caceroleos, marchas y apagones intermitentes, desde las 23 horas.
El Comando Nacional por el No calificó como insólita la de¬cisión del gobierno de no exhibir el video del Sí por razones de equidad. "Los atropellos a los derechos humanos no se 'compensan' (y menos aún por razones de equidad), en este caso concreto de transgresión a la li¬bertad de expresión y al derecho de información. Si lo que verdaderamente se pretende es reparar el mal causado ello debería hacerse exhibiendo el video del No que fue censurado.
"En el fondo el régimen teme que se conozca la verdad, en este caso sobre la realidad in des¬mentible de la tortura. Lo anterior avalado por el testimonio de un magistrado de la República quien, con sjngular celo ético y profesional, ha investigado judicialmente la realidad de la tortura en nuestro país y llegado a conclusiones inobjetables.
"En condiciones de normali¬dad los afectados podríamos y deberíamos recurrir a los tribunales de justicia para hacer efectiva las garantías constitucionales y reparar el mal causado. No obstante, considerando que la Corte Suprema ya ha juzgado en un asunto que compete por
lo demás a uno de sus subordinados (afecto a la estructura jerárquica y disciplinaria del Poder Judicial) hemos decidido no ejercer los recursos a que formalmente tenemos derecho. Ante la falta de imparcialidad de los tribunales de justicia hemos quedado en la indefensión y sometidos a la arbitrariedad de la autoridad administrativa" .
Ricardo Lagos: "Ayer, Augusto Pinochet Ugarte habló de la libertad de prensa. En la no¬che, el país vio lo que era la libertad de prensa de Augusto Pinochet. Hubo censura en Chile al programa del No. Es una situación inaceptable que viola las bases mismas a las cuales ha sido convocado este plebiscito. El Consejo Nacional de Televisión, órgano de fachada de la dictadura, aplicó la censura. El traje de demócrata de Pinochet, con el cual se vistió en la mañana en Valparaíso, se transformó en traje de dictador a las once de la noche en Chile. Lo declarado por el magistrado, hace varios meses, ha sido visto en a lo menos quince o 16 países del mundo. Pregunto: ¿por qué se le niega a los chilenos ver lo que un magistrado de Chile ha dicho y que lo puede ver el mundo? ¿Con qué derecho lo hace la dictadura? El argumento de que esto fue rechazado porque el juez no lo había autorizado es falso. Si es así, señalo que Patricio Aylwin y Ricardo Lagos no hemos autorizado la utilización de nuestras imágenes en la cam¬paña del Sí. ¿Con qué derecho lO hacen? Notificamos al dictadura que no aceptaremos la censura en nuestros quince minutos y si no le gusta lo que hacemos, no habrá quince minutos".
El Colegio de Periodistas afirmó que la censura al programa del No confirma las permanen¬tes denuncias de esa organiza¬ción sobre la falta de libertad de expresión. "Esto vulnera grave¬mente las garantías que se requieren para un proceso electoral limpio y transparente".
Alejandro Hales: "La resolución del Consejo de TV vulnera la Constitución que asegura la emisión de opiniones sin censura
previa. Esto es una censura, pese a que se trate de argumen¬tar que causa daños a organismos del Estado. A cuáles. No a los tribunales, porque es un juez el que emitió la opinión el año pasado. Se viola la propia ley de TV que no admite la censura de contenidos sino sólo técnica. Llama la atención la preocupación del gobierno por evitar que se difunda la tortura. Más importante hubiera sido que no existiera la tortura en el país. Con qué autoridad se impide esto si hace un tiempo un servicio de seguridad expuso ante las pantallas a una detenida inco¬municada y bajo visibles efectos de tortura para hacer declaraciones públicas. Para eso no hay sanción. El gobierno muestra con esto su propia cara".
Andrés Zaldívar: "Es inaceptable la censura y sólo demuestra la conducta de la dictadura. Al general Pinochet no le gusta que se puedan decir cosas que le afectan. Esto demuestra que Pi¬nochet no se levantará después del plebiscito como demócrata" .
Luis Maira: "La campaña del Sí pretende convencer de que ha¬brá democracia de todas mane¬ras, pero quedó demostrado lo que realmente ofrece".
Movimiento Contra la Tortu¬ra Sebastián Acevedo: "El general Pinochet no podrá silen¬ciar por más tiempo la práctica de la tortura. Miles de personas han sido torturadas en nuestro país, hay evidencias, y por lo menos 50 casos comprobados que sustancia la justicia. La cen¬sura al juez René García, es un desesperado intento de tapar la verdad aberrante que muchos chilenos conocemos".
Juan Antonio Guzmán, mi¬nistro de Educación, dijo que la decisión de no autorizar la transmisión no constituyó cen¬sura "sino que simplemente el resguardo que tiene que haber de las disposiciones legales vigentes". Explicó que el problema de fondo es el respeto a la legislación vigente en cuanto a lo que los jueces y miembros del Poder Judicial pueden manifestar" .
Claudio Vásquez, Mapu: "El país reaccionó ante la censura saliendo a las calles para expre¬sar su repudio por tan injusta medida. Esto debe alertar al ge¬neral, porque las mayorías entienden que la libertad de expresión es básica para reconstruir la sana convivencia democrática.
René Abeliuk: "Esa es la de¬mocracia del señor Pinochet. Es igual a aquel que lleva una pelota de fútbol a la pichanga y cuando los contrarios le hacen un gol se lleva la pelota y acaba del partido".
Partido Radical: "Es una nueva medida arbitraria de la autoridad. Es una burla que a la opción No se le conceda sólo quince minutos diarios y luego le censure".
Repudio general a la prohibición del "spot" del No
El Comando Nacional por el No encabezó ayer las protestas por el acto. de censura.
Numerosas reacciones de repudio generó la censura del microprogramas de quince minutos de la opción No, que contenía el testimonio del juez René García sobre las torturas que practica la CNI
la medida, adoptada el lunes por el Consejo Nacional de Te1evisión, determinó que esa noche después de emitirse el espacio del Sí se informara que, por no cumplir con las disposiciones legales, no se mostraría el programa del No.
El hecho motivó espontáneas manifestaciones de protesta, con caceroleos, marchas y apagones intermitentes, desde las 23 horas.
El Comando Nacional por el No calificó como insólita la de¬cisión del gobierno de no exhibir el video del Sí por razones de equidad. "Los atropellos a los derechos humanos no se 'compensan' (y menos aún por razones de equidad), en este caso concreto de transgresión a la li¬bertad de expresión y al derecho de información. Si lo que verdaderamente se pretende es reparar el mal causado ello debería hacerse exhibiendo el video del No que fue censurado.
"En el fondo el régimen teme que se conozca la verdad, en este caso sobre la realidad in des¬mentible de la tortura. Lo anterior avalado por el testimonio de un magistrado de la República quien, con sjngular celo ético y profesional, ha investigado judicialmente la realidad de la tortura en nuestro país y llegado a conclusiones inobjetables.
"En condiciones de normali¬dad los afectados podríamos y deberíamos recurrir a los tribunales de justicia para hacer efectiva las garantías constitucionales y reparar el mal causado. No obstante, considerando que la Corte Suprema ya ha juzgado en un asunto que compete por
lo demás a uno de sus subordinados (afecto a la estructura jerárquica y disciplinaria del Poder Judicial) hemos decidido no ejercer los recursos a que formalmente tenemos derecho. Ante la falta de imparcialidad de los tribunales de justicia hemos quedado en la indefensión y sometidos a la arbitrariedad de la autoridad administrativa" .
Ricardo Lagos: "Ayer, Augusto Pinochet Ugarte habló de la libertad de prensa. En la no¬che, el país vio lo que era la libertad de prensa de Augusto Pinochet. Hubo censura en Chile al programa del No. Es una situación inaceptable que viola las bases mismas a las cuales ha sido convocado este plebiscito. El Consejo Nacional de Televisión, órgano de fachada de la dictadura, aplicó la censura. El traje de demócrata de Pinochet, con el cual se vistió en la mañana en Valparaíso, se transformó en traje de dictador a las once de la noche en Chile. Lo declarado por el magistrado, hace varios meses, ha sido visto en a lo menos quince o 16 países del mundo. Pregunto: ¿por qué se le niega a los chilenos ver lo que un magistrado de Chile ha dicho y que lo puede ver el mundo? ¿Con qué derecho lo hace la dictadura? El argumento de que esto fue rechazado porque el juez no lo había autorizado es falso. Si es así, señalo que Patricio Aylwin y Ricardo Lagos no hemos autorizado la utilización de nuestras imágenes en la cam¬paña del Sí. ¿Con qué derecho lO hacen? Notificamos al dictadura que no aceptaremos la censura en nuestros quince minutos y si no le gusta lo que hacemos, no habrá quince minutos".
El Colegio de Periodistas afirmó que la censura al programa del No confirma las permanen¬tes denuncias de esa organiza¬ción sobre la falta de libertad de expresión. "Esto vulnera grave¬mente las garantías que se requieren para un proceso electoral limpio y transparente".
Alejandro Hales: "La resolución del Consejo de TV vulnera la Constitución que asegura la emisión de opiniones sin censura
previa. Esto es una censura, pese a que se trate de argumen¬tar que causa daños a organismos del Estado. A cuáles. No a los tribunales, porque es un juez el que emitió la opinión el año pasado. Se viola la propia ley de TV que no admite la censura de contenidos sino sólo técnica. Llama la atención la preocupación del gobierno por evitar que se difunda la tortura. Más importante hubiera sido que no existiera la tortura en el país. Con qué autoridad se impide esto si hace un tiempo un servicio de seguridad expuso ante las pantallas a una detenida inco¬municada y bajo visibles efectos de tortura para hacer declaraciones públicas. Para eso no hay sanción. El gobierno muestra con esto su propia cara".
Andrés Zaldívar: "Es inaceptable la censura y sólo demuestra la conducta de la dictadura. Al general Pinochet no le gusta que se puedan decir cosas que le afectan. Esto demuestra que Pi¬nochet no se levantará después del plebiscito como demócrata" .
Luis Maira: "La campaña del Sí pretende convencer de que ha¬brá democracia de todas mane¬ras, pero quedó demostrado lo que realmente ofrece".
Movimiento Contra la Tortu¬ra Sebastián Acevedo: "El general Pinochet no podrá silen¬ciar por más tiempo la práctica de la tortura. Miles de personas han sido torturadas en nuestro país, hay evidencias, y por lo menos 50 casos comprobados que sustancia la justicia. La cen¬sura al juez René García, es un desesperado intento de tapar la verdad aberrante que muchos chilenos conocemos".
Juan Antonio Guzmán, mi¬nistro de Educación, dijo que la decisión de no autorizar la transmisión no constituyó cen¬sura "sino que simplemente el resguardo que tiene que haber de las disposiciones legales vigentes". Explicó que el problema de fondo es el respeto a la legislación vigente en cuanto a lo que los jueces y miembros del Poder Judicial pueden manifestar" .
Claudio Vásquez, Mapu: "El país reaccionó ante la censura saliendo a las calles para expre¬sar su repudio por tan injusta medida. Esto debe alertar al ge¬neral, porque las mayorías entienden que la libertad de expresión es básica para reconstruir la sana convivencia democrática.
René Abeliuk: "Esa es la de¬mocracia del señor Pinochet. Es igual a aquel que lleva una pelota de fútbol a la pichanga y cuando los contrarios le hacen un gol se lleva la pelota y acaba del partido".
Partido Radical: "Es una nueva medida arbitraria de la autoridad. Es una burla que a la opción No se le conceda sólo quince minutos diarios y luego le censure".
Un Tigre Sin Corazón
Diario La Época jueves 2 de diciembre de 1993
Un tigre sin corazón
CLAUDIO VASQUEZ L.
Se ha generado una discusión sobre el tema de los valores distintivos del país y la amenaza de su supuesto abandono. Se detecta una cierta va¬guedad en la identificación de los su¬puestos responsables: el modernismo, el desarrollo, el consumismo, pero sobre to¬do determinadas ideologías "relativistas", que cuestionarían las verdades inmanentes e inmutables. Sin decirse en forma ex¬plícita, se podría deducir que semejantes acusaciones son imputables a los sectores laicos del espacio político-partidario.
¡Es decir, una cruzada moral bien puede ir de la mano de determinadas aspi¬raciones electorales, sobre todo en perío¬do de campaña! Pero, aunque cuestionable éticamente, el sutil aprovechamiento elec¬toral no es lo más importante.
De lo que a nuestro juicio se trata es de revisar hasta qué punto y desde dónde aparecen amenazados los tan mentados ''valores patrios". Es legítimo que la políti¬ca se preocupe de temas que trascienden lo meramente electoral, por un lado, y lo relativo a los intereses económicos de corto plazo, por otro. Es por lo demás una preocupación que debería existir siempre, al margen de las coyunturas.
Es innegable que basta una simple mirada para poder constatar una situación de crisis generalizada en diversos ámbitos de la sociedad. Esta crisis tiene relación con aspectos fundamentales de la vida espiritual y material de los chilenos.
El problema reside en sus orígenes. N o creemos que esta crisis pueda ser imputa¬da a una carencia o a un abandono de
determinados valores trascendentales e inmanentes.No, dicha explicación nos resulta demasiado abstracta e inasible.
Por ahí no va, pues, el problema. Si de valores se trata, hay que referirse a uno muy particular y que vemos crecientemen¬te cuestionado: el de la solidaridad. Esta tiene muchos nombres y puede ligarse a muchas cosmovisiones o convicciones de fe: llamémosla como la llamemos, siempre estaremos hablando de lo mismo.
En medio del desarrollo conviven per¬sonas cuya dignidad se ve puesta a prueba a diario. Y no me refiero sólo a los mendi¬gos, a los más pobres de los pobres. Si proyectamos las cosas, podríamos llegar a la conclusión de que este mundo de impetuoso desarrollo económico carece efectivamente de espíritu.
Hasta ahí estamos de acuerdo. Pero esta falta de espíritu, que yo llamo simplemente falta de solidaridad, no se debe ni a ideologías foráneas o perversas, ni a "relativismos" ni "permisivismos" morales de tipo alguno. Se debe básicamente a un modelo de desarrollo sustentado en una competencia a ultranza, que aplasta la solidaridad y amenaza la convivencia.
No estamos demandando nada excepcional. Ningún experimento que pudiera cuestionar las bases del desarrollo alcanzado. Ninguna medida que atente contra los indicadores macroeconómicos. Estamos pidien¬do simplemente la introducción de una verdadera y efectiva política social de mercado.
Claudio Vásquez Lazo fue encargado de negocios de Chile en Centroamérica.
Un tigre sin corazón
CLAUDIO VASQUEZ L.
Se ha generado una discusión sobre el tema de los valores distintivos del país y la amenaza de su supuesto abandono. Se detecta una cierta va¬guedad en la identificación de los su¬puestos responsables: el modernismo, el desarrollo, el consumismo, pero sobre to¬do determinadas ideologías "relativistas", que cuestionarían las verdades inmanentes e inmutables. Sin decirse en forma ex¬plícita, se podría deducir que semejantes acusaciones son imputables a los sectores laicos del espacio político-partidario.
¡Es decir, una cruzada moral bien puede ir de la mano de determinadas aspi¬raciones electorales, sobre todo en perío¬do de campaña! Pero, aunque cuestionable éticamente, el sutil aprovechamiento elec¬toral no es lo más importante.
De lo que a nuestro juicio se trata es de revisar hasta qué punto y desde dónde aparecen amenazados los tan mentados ''valores patrios". Es legítimo que la políti¬ca se preocupe de temas que trascienden lo meramente electoral, por un lado, y lo relativo a los intereses económicos de corto plazo, por otro. Es por lo demás una preocupación que debería existir siempre, al margen de las coyunturas.
Es innegable que basta una simple mirada para poder constatar una situación de crisis generalizada en diversos ámbitos de la sociedad. Esta crisis tiene relación con aspectos fundamentales de la vida espiritual y material de los chilenos.
El problema reside en sus orígenes. N o creemos que esta crisis pueda ser imputa¬da a una carencia o a un abandono de
determinados valores trascendentales e inmanentes.No, dicha explicación nos resulta demasiado abstracta e inasible.
Por ahí no va, pues, el problema. Si de valores se trata, hay que referirse a uno muy particular y que vemos crecientemen¬te cuestionado: el de la solidaridad. Esta tiene muchos nombres y puede ligarse a muchas cosmovisiones o convicciones de fe: llamémosla como la llamemos, siempre estaremos hablando de lo mismo.
En medio del desarrollo conviven per¬sonas cuya dignidad se ve puesta a prueba a diario. Y no me refiero sólo a los mendi¬gos, a los más pobres de los pobres. Si proyectamos las cosas, podríamos llegar a la conclusión de que este mundo de impetuoso desarrollo económico carece efectivamente de espíritu.
Hasta ahí estamos de acuerdo. Pero esta falta de espíritu, que yo llamo simplemente falta de solidaridad, no se debe ni a ideologías foráneas o perversas, ni a "relativismos" ni "permisivismos" morales de tipo alguno. Se debe básicamente a un modelo de desarrollo sustentado en una competencia a ultranza, que aplasta la solidaridad y amenaza la convivencia.
No estamos demandando nada excepcional. Ningún experimento que pudiera cuestionar las bases del desarrollo alcanzado. Ninguna medida que atente contra los indicadores macroeconómicos. Estamos pidien¬do simplemente la introducción de una verdadera y efectiva política social de mercado.
Claudio Vásquez Lazo fue encargado de negocios de Chile en Centroamérica.
Reconcialición e Informe Rettig
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Reconciliación e Informe Rettig
Por Claudio Vásquez L.
A medida que se acerca la entrega del informe elaborado por la Comisión Verdad y Reconciliación, han comenzado a conocerse las expectativas que despierta en las organizaciones sociales y políticas este importante documento.
Sin embargo, me parece que detrás de las variadas posiciones que se expresan, no existe consenso en cuanto al real significado que dicho informe tiene para la futura convivencia del país.
Lo que está en juego es la posibilidad concreta de que los chilenos podamos mirar el futuro, asumiendo los hechos ocurridos como un drama en el que todos -en diferentes grados- tenemos una cuota de responsabilidad. Para esto es indispensable, en primer lugar, conocer la verdad. No es posible imaginar que las heridas se curan con el simple hecho de tapadas o negadas.
La verdad representa el primer paso para recuperar la memoria olvidada y comenzar a acercamos a un justicia que es imprescindible para dar un salto definitivo en el camino de la reconciliación.
En segundo término, el país requiere volver a creer en la justicia, como la instancia de regulación de aquellos excesos que atentan contra la convivencia diaria. Y esto no es tarea fácil pues, en los últimos años, la credibilidad en la justicia se ha puesto en duda, no sólo en el ciudadano común, sino también en aquellas personas ligadas a ella.
En tercer lugar, se debe comprender que el Gobierno creó esta comisión con el objetivo de sanear a una sociedad que fue capaz de permitir que en su seno ocurrieran hechos dolorosos, pero que no está dispuesta a aceptado nuevamente. Esto requiere, por un lado, de una toma de conciencia colectiva y, por otro, de la reparación del daño causado, tanto moral como materialmente.
Un último concepto dice relación con la reconciliación.
Quizás para un sector reconciliación implique "borrón y cuenta nueva", posición que, de alguna forma, estaría sustentada por personas a quienes la violación a los derechos humanos les llega como una situación ajena y distante. Para otro sector, que sufrió de cerca el problema, puede ser sinónimo de venganza o sólo de castigo.
Sin embargo, para la gran mayoría de los chilenos -que aspira a convivir en democracia y en una patria donde todos tienen cabida- la reconciliación es la oportunidad histórica de superar un pasado doloroso y recuperar la dignidad de pueblo. Es también el momento de volver a tener confianza en las Fuerzas Armadas como instituciones fundamentales de la nación, no deliberantes y subordinados al poder civil. Representa, además, la reafirmación de valores trascendentales, como lo es el respeto a la vida y a la dignidad humana. Pero, por sobre todas las cosas, representa la renovación del compromiso con el ordenamiento democrático, como aquel sistema capaz de proteger y resguardar a las personas y sus derechos, de manera que nunca más en Chile se repitan los hechos que tanto dolor provocaron al país entero.
Reconciliación e Informe Rettig
Por Claudio Vásquez L.
A medida que se acerca la entrega del informe elaborado por la Comisión Verdad y Reconciliación, han comenzado a conocerse las expectativas que despierta en las organizaciones sociales y políticas este importante documento.
Sin embargo, me parece que detrás de las variadas posiciones que se expresan, no existe consenso en cuanto al real significado que dicho informe tiene para la futura convivencia del país.
Lo que está en juego es la posibilidad concreta de que los chilenos podamos mirar el futuro, asumiendo los hechos ocurridos como un drama en el que todos -en diferentes grados- tenemos una cuota de responsabilidad. Para esto es indispensable, en primer lugar, conocer la verdad. No es posible imaginar que las heridas se curan con el simple hecho de tapadas o negadas.
La verdad representa el primer paso para recuperar la memoria olvidada y comenzar a acercamos a un justicia que es imprescindible para dar un salto definitivo en el camino de la reconciliación.
En segundo término, el país requiere volver a creer en la justicia, como la instancia de regulación de aquellos excesos que atentan contra la convivencia diaria. Y esto no es tarea fácil pues, en los últimos años, la credibilidad en la justicia se ha puesto en duda, no sólo en el ciudadano común, sino también en aquellas personas ligadas a ella.
En tercer lugar, se debe comprender que el Gobierno creó esta comisión con el objetivo de sanear a una sociedad que fue capaz de permitir que en su seno ocurrieran hechos dolorosos, pero que no está dispuesta a aceptado nuevamente. Esto requiere, por un lado, de una toma de conciencia colectiva y, por otro, de la reparación del daño causado, tanto moral como materialmente.
Un último concepto dice relación con la reconciliación.
Quizás para un sector reconciliación implique "borrón y cuenta nueva", posición que, de alguna forma, estaría sustentada por personas a quienes la violación a los derechos humanos les llega como una situación ajena y distante. Para otro sector, que sufrió de cerca el problema, puede ser sinónimo de venganza o sólo de castigo.
Sin embargo, para la gran mayoría de los chilenos -que aspira a convivir en democracia y en una patria donde todos tienen cabida- la reconciliación es la oportunidad histórica de superar un pasado doloroso y recuperar la dignidad de pueblo. Es también el momento de volver a tener confianza en las Fuerzas Armadas como instituciones fundamentales de la nación, no deliberantes y subordinados al poder civil. Representa, además, la reafirmación de valores trascendentales, como lo es el respeto a la vida y a la dignidad humana. Pero, por sobre todas las cosas, representa la renovación del compromiso con el ordenamiento democrático, como aquel sistema capaz de proteger y resguardar a las personas y sus derechos, de manera que nunca más en Chile se repitan los hechos que tanto dolor provocaron al país entero.
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